En seis de las ocho corridas de San Fermín se anuncia al menos un matador de alternativa reciente. Un tercio de los veinticuatro puestos para toreros nuevos. Otro tercio para toreros de alternativa anterior al año 2000. Roca Rey, papel estelar en el reparto, único espada contratado a dos tardes, es el que manda. Cinco matadores debutantes en Pamplona. Cayetano, al cabo de diez años en el escalafón. Y cuatro noveles ambiciosos y distintos. Solo un cambio ganadero con respecto a la última edición de la Feria del Toro, donde se estrena Puerto de San Lorenzo con sus toros lisardos.
No se recuerda un caso parecido: cinco de los veintitrés matadores anunciados este año en San Fermín se estrenan en la Feria del Toro. Cayetano, Román, Gonzalo Caballero, José Garrido y Ginés Marín. De todos ellos solo Caballero y Román, que torearon juntos la novillada de 2012, conocen por dentro y desde abajo la plaza de Pamplona. Solo que no tiene nada que ver el escenario de la novillada -horario seminocturno, ausentes las peñas, silenciosa atención- con el de la corrida que sea: a las seis y media, rigurosa puntualidad sanferminera, las peñas de sol en pleno y en blusones de uniforme, fanfarrias, brass bands, merendolas de cuarto toro, una masa coral desgañitada cada año más informe.
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