La temporada se abrió en las Ventas el mismo día del cambio de hora. El último domingo de marzo, el primero de primavera. Los toros, a las seis. O sea, a las cinco en punto de la tarde. La corrida de Victorino. Fue breve: dos horas y cinco minutos. El Cid, Pepe Moral y Saúl Fortes. Un aviso por barba. Por empeñarse más de la cuenta, por tardar en cuadrar antes de pasar o no pasar con la espada, o por esa resistencia a doblar del toro de estirpe Saltillo, que parece tragarse a la vez la sangre y el acero.
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