VIRGEN DE LOS LLANOS

Llenazo, triunfos de Ponce y Roca Rey y faenón de El Juli en Albacete

Valenciano y peruano, por la puerta grande; por donde hubiera salido también El Juli de no haber pinchado al buen quinto de Daniel Ruiz
Redacción APLAUSOS
jueves 13 de septiembre de 2018

Fotos: ARJONA

La tarde en Albacete arrancó con dos capítulos excesivamente grises. Fue Roca Rey el primero capaz de darle la vuelta a la tortilla armando un escándalo frente al tercero. Tras su faena, el espectáculo se vino arriba definitivamente.

Se metió Roca Rey a la gente en el bolsillo desde el manojo de verónicas con el que recibió al primero de su lote. Tras quitar por chicuelinas, abrió el trasteo con la muleta con pases cambiados por la espalda en el centro del ruedo. No bajó el nivel en el núcleo del trasteo: el peruano le dio fiesta al de Daniel Ruiz por los dos pitones, toreando con la muleta por abajo, muy asentado y templado, rompiendo su cintura y llevando largas las embestidas. Aderezó el conjunto con pases de pecho a la hombrera contraria, cambios de mano -uno, ligado a un natural enorme- y alardes propios de su repertorio. Las bernadinas fueron de infarto y, en la suerte suprema, el toro salió muerto de los vuelos de la muleta tras un soberbio espadazo. Conmoción general, dos orejas, petición de rabo y el público, entregado.

El cuarto se partió un cuerno en una voltereta durante el tercio de banderillas, siendo devuelto a los corrales. Saltó en su lugar un sobrero con el hierro titular de Daniel Ruiz, con el que Ponce dio cumplida réplica a Roca Rey tras su triunfo en el toro anterior. El sobrero acabó como hipnotizado en la muleta del valenciano, que fue sobando al animal -limándole las asperezas- hasta que acabó haciendo con él lo que quiso. En el epílogo echó las dos rodillas en tierra, se dejó llegar los pitones a la espalda, encadenó una serie de molinetes -también de hinojos- y enterró después todo el acero en lo alto, tirando al astado sin puntilla. Dos orejas.

No quiso quedarse atrás El Juli con el quinto, armando un auténtico alboroto. El madrileño, que intercaló verónicas y chicuelinas en el saludo capotero y quitó por lopecinas, toreó con la muleta con el alma, con una lentitud, un relajo y un temple excelsos. Se abandonó Julián, que exprimió con enorme suavidad la nobilísima condición del de Daniel Ruiz. Labor a más, como el toro mismo, rematada de un pinchazo sin soltar y una estocada trasera hasta la bola. Fue enorme la petición del doble trofeo, pero el presidente sorprendió a todos guardándose uno de los dos moqueros. La bronca fue de órdago. Y la vuelta al ruedo de El Juli, un clamor.

Poco pudo hacer Ponce ante el primero, que tuvo nobleza pero escasa raza y empuje. El valenciano, por encima de las circunstancias, lo despachó sin mayor lucimiento.

El Juli tampoco pudo lucir frente al segundo, un toro de poca vida al que despachó de un estoconazo.

Cerró plaza un toro manejable pero sin clase. Le bajó la mano Roca Rey, pero el toro se movió sin emplearse de verdad. Pinchó dos veces el peruano, que fue ovacionado antes de salir a hombros con Ponce.

Albacete, jueves 13 de septiembre de 2018. Feria de la Virgen de los Llanos. Toros de Daniel Ruiz, desiguales de presentación y juego. Devuelto el cuarto tras partirse un cuerno, jugándose en su lugar un sobrero del hierro titular. Deslucidos los dos primeros, buenos 3º y 5º, noble el 4º y manejable pero sin clase el 6º. Enrique Ponce, palmas y dos orejas; El Juli, palmas y oreja con fuerte petición de la segunda; y Roca Rey, dos orejas con petición de rabo y ovación tras leve petición. Entrada: Lleno de “No hay billetes”.

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