La página de Manolo Molés

San Isidro: o bombo o mezcla

Manolo Molés
sábado 09 de febrero de 2019

El lunes sale Aplausos y el lunes habrá arrancado Valdemorillo con una novillada popular. El grueso de la Feria serán las tardes del sábado 9 y del domingo 10. Ahora el famoso pueblo serrano tiene plaza cubierta y ya quedan lejos aquellas imágenes de hielo junto a la chimenea de la plaza portátil, aquella foto histórica con Somolinos toreando bajo la nieve y las caras coloradas del coñac para soportar la helada de cada tarde de toros. Era una feria para héroes, dura, personal, rústica y atractiva. Si había un triunfador claro aquello le valía para entrar en Madrid y algo más. Y aquellos chascarrillos de los nativos que se pasaban la feria mirando al cielo y adivinando qué tormenta se nos venía encima. “Por San Blas las cigüeñas verás”, o “por San Blas la cigüeña verás y si no la vieres, año de nieves”, “por San Blas hora y media más”. El refranero, el santoral, el frío, los toros y la taberna del pueblo.

Ahora ya hace años que la plaza es cerrada y cómoda, con menos sabor pero con mejor temperatura y modernidad. Han estado a punto de que se jodiera la feria. Pero al final la alcaldesa, que tiene un encaste miureño, ha dicho que aquí hay feria de toros y cumplido queda. Gema González es una mujer de carácter. Gobierna Valdemorillo y es del Partido Progresistas de Valdemorillo. Ahora gobierna solo con el apoyo de Vecinos, uno, y de UPyD. Tres frente a trece: cinco del PP, dos de Ciudadanos, uno del PSOE, uno expulsado de Izquierda Unida y cuatro expulsados de Sí se puede. Un lío, un carnaval, pero la presidenta, que es como un Miura, ha dicho: “Aquí hay Feria” y ha traído una de Zahariche, que es lo que le va, para Escribano y Pepe Moral mano a mano. Y otra de La Palmosilla para Curro Díaz, Juan del Álamo y Román, la alegría de la huerta. Brava la alcaldesa, que debe ser dura de pelar como los pupilos de Zahariche.

El discurso completo de Victorino Martín en el Senado es para guardarlo y releerlo. El hijo del “Paleto de Galapagar” (era más listo que Lepa y más sabio que Ramón y Cajal) está dando lecciones y abriendo caminos a la justa defensa de la Fiesta. Lejos de los tópicos, con temple, argumentos y visión política y de futuro. Ni una frivolidad, ni una tontería, ni un brindis al sol. Victorino es la voz perfecta para la defensa y justicia por y para el futuro de la Fiesta.

LA AFICIÓN QUIERE VER A LAS FIGURAS CON TOREROS AL ALZA

Hay tres toreros, o mejor cuatro (ya sé que caben más) que están en un momento dulce y que apetece su presencia en todas las ferias que abren temporada: Castellón, Valencia, Sevilla, Madrid y pongan por delante Olivenza, que ya está consolidada como la feria “de salida para las figuras” en un trabajo serio y positivo de José Cutiño.

No sé si habrá bombo, pero sí tiene que haber sal y pimienta, variedad y competencia, y que las ganaderías “de lujo” se compartan siempre con una de las novedades o toreros que han madurado en su magisterio. O bombo o mezcla. Figuras con toreros en ascenso para el aficionado. Todo menos la vieja rutina

Me refiero a Paco Ureña, tiene que volver a triunfar, a Urdiales, a Emilio de Justo y a Ferrera. Cuatro toreros de culto ahora mismo para el aficionado. Toreros a los que apetece ver junto a los consagrados: Ponce, Juli, Morante, Manzanares, Roca Rey, etc. El aficionado quiere eso: variedad, que se mezclen figuras con toreros al alza, que salgamos del sota, caballo y rey y las mismas ganaderías de siempre. Más toro y más competencia es lo que puede hacer grande el año que empieza. El año y la Fiesta. Y el futuro. Yo no sé si sonará por San Isidro el bombo o la cordura, si mezclarán o no churras con merinas, pero lo que sí deseamos todos es que junto a las figuras (bienvenidas, faltaría más) entren los Ferrera, Urdiales, Ureña, Emilio de Justo, Álvaro Lorenzo, Octavio Chacón y otros tres o cuatro más que en el buen sentido “dan bocados” y en el todavía mejor sentido: “torean como los ángeles”. No sé si habrá bombo, pero sí tiene que haber sal y pimienta, variedad y competencia, y que las ganaderías “de lujo” se compartan siempre con una de las novedades o toreros que han madurado en su magisterio. Y supongo que Simón y Garrido, con bombo o sin él, propiciarán este ¿cómo le llamaremos?: mestizaje, injusticia, atractivo, cara a cara con maestros en sazón y toreros con personalidad que piden paso. Hay mil razones que claman por este futuro. Fuera guetos. (Gueto –del italiano ghetto- significa área separada para la vivienda de un determinado grupo étnico, cultural, religioso y también taurino). O bombo o mezcla. Figuras con toreros en ascenso para el aficionado. Todo menos la vieja rutina. Simón siempre fue un creador, acierto o erro, pero se salió del sota, caballo y rey del aburrimiento que ya dura demasiados años. Queremos que los toreros “que gustan al aficionado” se mezclen con las figuras y sus elegidas ganaderías. Y un ruego: ¿hay alguien con sentido común capaz de convencer a Talavante de que su sitio está en la plaza y no en el cabreo y la ausencia?

BLANQUET Y HONRUBIA: TORERÍA PURA DE UNA ESCUELA VALENCIANA

Me emociona la historia de los grandes banderilleros valencianos a los que José Luis Benlloch da lustre, actualidad y ejemplo en el capítulo dedicado a Blanquet y a Honrubia. Torería pura de una escuela valenciana a la que todos pueden añadir cantidad de figuras de plata. O mejor, de plata dorada. Yo le mandé a Honrubia un chaval de mi pueblo que quería ser torero. Paco estaba al frente de la escuela taurina. Lo tuvo tres meses andando por la plaza. Me llamó Honrubia y me dijo: “Andando así no puede ser torero”. Y no lo fue. Es más, ahora es antitaurino. Honrubia no se equivocó.

He dado en la radio trozos del brillante discurso de Victorino Jr. en el Senado. Perfecto en el tono, en el fondo y en la exposición. El padre llenaba las plazas. El hijo llena de razones la Fiesta. Y da la cara. Es el mejor defensor. Nunca nadie habló tan claro y con tanta razón. Y un Viva a Calasparra, que no es un Viva Cartagena. Vaya feria de novilladas y vaya arroz. ¿Ganaderías? Miura, Prieto de la Cal, Valdellán, Escolar y Cuadri. Este año vamos ahí, Calamardo. Y una cosa: los dos mejores arroces para una buena paella, en Rausell o en casa, son: el arroz de la Albufera y el de Calasparra. Creo, Benlloch, que este año deberíamos ir. Apetece el menú.

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