FERIA DE LA COMUNIDAD

Oreja para el compromiso de Espada en la Goyesca de Madrid

El madrileño destaca en una noble corrida de Pereda y Cristian Escribano da una vuelta al ruedo; Ángel Sánchez, por su parte, se estrelló con el peor lote
Gonzalo I. Bienvenida
jueves 02 de mayo de 2019

Fotos: JAVIER ARROYO

La corrida de José Luis Pereda tuvo buenas hechuras dentro de su seriedad. Destacó el segundo, al que Espada le cortó una oreja tras una inteligente labor. Un tío con mucha leña fue ese segundo ejemplar. Francisco José Espada se mostró con mucha actitud nada más salir del burladero. Bien picado por David Prados. El inicio de faena despertó al tendido. Tras un estatuario se lo pasó por la espalda asustando a la parroquia. La faena fue un compendio de inteligencia y raza por parte de Espada. Pese a la falta de humillación del núñez de Pereda, el madrileño tapó la cara y tiró de la embestida buscando la ligazón. Remató la faena por manoletinas pasándoselo muy cerca. Buscó el premio con mucha determinación, con valor, sin dejarse ganar la pelea. La estocada quedó arriba y tuvo rápido efecto.

El burraco que hizo quinto, cuajado, con la seriedad del cinqueño, estuvo muy bien presentado como toda la corrida, que, dentro de sus matices, resultó pareja. La fijeza de salida rompió en nobleza en manos de Francisco José Espada. El de Fuenlabrada se mostró muy firme de nuevo. La largura de sus pases y la solidez de plantas fueron la tónica de una faena alargada en exceso. Hubo pases de pecho monumentales y ciertos muletazos con largura. El toro fue manejable aunque sin calidad. Saludó una ovación tras aviso.

La Corrida Goyesca arrancó con un hechurado y astifino toro de José Luis Pereda. La nobleza galopona apuntada en el capote de Cristian Escribano se diluyó en los tercios posteriores. Accidental fue el tercio de varas, donde se partió la vara y derribó tras pasar por debajo del caballo literalmente. Destacó en banderillas Raúl Cervantes, que saludó una ovación. El inicio genuflexo de Escribano fue precioso. El toro respondió con nobleza aunque también con falta de transmisión. La faena no tomó vuelo y en el final, basado en la mano izquierda, resultó tropezado en demasía. La espada cayó baja.

Una pintura fue el cuarto. Bonito de cara, de buena hechura en su astifina encornadura. Cristian Escribano manejó el capote con soltura. Tras mansear en los primeros tercios empezó a coger ritmo en la buena lidia de Raúl Cervantes. Tras un torero inicio con un trincherazo precioso, Escribano fue generoso en la distancia con el de José Luis Pereda. En dos tandas sirvió la inercia para que pasara, pero cuando lo apretó delató su verdadera condición: sin clase ni auténtica repetición. Escribano lo intentó por ambos pitones antes de recetar una gran estocada. Vuelta al ruedo tras leve petición.

El tercero, bien hecho, dentro de su seriedad y su ofensiva cara, fue distraído de salida y le costó centrarse en el capote de Ángel Sánchez. El torero de Alcobendas rivalizó por chicuelinas con Cristian Escribano. El arranque de faena no terminó de ser idóneo por la exigencia por abajo que empleó Sánchez. El toro lo acusó, así como una mala caída. Muy parado y con derrotes incómodos. Ángel Sánchez estuvo muy firme. Al natural echó los vuelos y llevó con largura la embestida. Saludó una ovación tras una estocada desprendida y un pinchazo.

El último cerró el sexteto sin hacer justicia al bonancible juego de sus hermanos. Avisado desde salida, Ángel Sánchez lo paró con ganas. Muy bien lidiado por Iván García y bien banderillleado por Raúl Ruiz y Fernando Sánchez, Ángel Sánchez inició por alto abriéndole al animal los caminos. Pronto se empezó a quedar por debajo llegando a pegarle algún derrote a la altura de la tibia, especialmente por el izquierdo. Sánchez se puso de verdad y, al ver la mala condición del toro, abrevió con buen criterio. Los problemas llegaron con los aceros.

Madrid, jueves 2 de mayo de 2019. Corrida Goyesca. Toros de José Luis Pereda. De buena y pareja presentación. Corrida noble en su conjunto aunque carente de finales. Cristian Escribano, silencio y vuelta al ruedo tras leve petición; Francisco José Espada, oreja con leves protestas y ovación tras aviso; Ángel Sánchez, ovación y silencio. Entrada: Un tercio de plaza. Saludó tras banderillear al primero Raúl Cervantes.

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