CORRIDA DEL CORPUS

La raza de figura de El Juli y las ganas de Lorenzo en casa destacan en Toledo

Ambos cortan tres orejas y abren la puerta grande en un festejo en el que Morante pasó sin suerte y Manzanares, esforzado, saludó dos ovaciones
Julio César Sánchez
jueves 20 de junio de 2019

Fotos: JAVIER ARROYO

Silencio para Morante con el primero, con el que solo pudo lucir en tres lances a la verónica. El toro, noble, soso y defendiéndose con un molesto cabeceo impidió -junto al viento reinante- que hubiese mayores logros. Silencio.

El segundo fue un toro deslucido por su falta de clase, frente al que Julián se puso aun a sabiendas de lo poco limpio -apenas nada- que iba a poder sacar al de Alcurrucén. Lo despenó a la primera con efectividad y le concedieron una oreja.

El de Alcurrucén que hizo tercero se dejó más que sus hermanos, sobre todo por el pitón derecho, lado por el que llegó lo más arrebatado de Manzanares en varias series ajustadas y de empaque en su apostura. Dio un pinchazo antes de dejar una estocada entera arriba. Tras la leve petición no atendida por el palco, todo quedó en una ovación con saludos.

En el cuarto se vio una faena de entrega de Álvaro Lorenzo a un toro que se movió pero al que le faltó entrega. Al igual que ocurriera en el tercero, lo más destacado llegó por el pitón derecho, con un vibrante inicio de rodillas y dejándosela inteligentemente en la cara para ligar. La faena fue de más a algo menos. Recetó una estocada entera algo contraria, necesitando un golpe de descabello adicional para cortar dos orejas y abrirse la puerta grande.

Diez minutos le duró a Morante el quinto, un toro áspero que topaba más que embestía y con el que Morante acabó de forma poco decorosa, recibiendo pitos injustificados por la brevedad con la que terminó su faena, aunque más que razonables por la forma de acabar con su oponente.

Faena de figura la de El Juli al sexto. No por la escasa belleza de lo logrado frente al ejemplar de Alcurrucén -manejable aunque justo de raza- sino por exprimir todo lo que tuvo dentro el toro toledano. Fue una labor de mando, más que de limpieza y sutilezas. Destacaron varios cambios de mano mirando al tendido y el buen remate a la primera con el estoque de matar, para, a la postre, cortar dos orejas.

Manzanares hizo un esfuerzo con el mirón séptimo, un toro que fue tras la muleta con la emoción que brinda la casta, si bien no derrochó clase. El alicantino lo pasó por los dos pitones en un trasteo en el que prevalecieron las ganas sobre la armonía compositiva. Esta vez la espada no viajó certera y se ovacionó su labor.

Con el octavo, Álvaro Lorenzo llevó a cabo una faena de entrega a un toro que no tuvo tal, aunque se dejó. Mató de casi entera arriba y, aunque falló con el descabello, aumentó en un trofeo su balance.

Toledo, jueves 20 de junio de 2019. Corrida del Corpus Christi. Toros de Alcurrucén. Bien presentados y faltos de entrega en general. Manejables los lidiados en tercer, cuarto, sexto, séptimo y octavo lugar. Morante de la Puebla, silencio y pitos; El Juli, oreja y dos orejas; Manzanares, ovación con saludos tras leve petición y ovación; y Álvaro Lorenzo, dos orejas y oreja tras aviso. Entrada: Poco más de tres cuartos.

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