MADRID.- FERIA DE SAN ISIDRO

Sebastián Castella, dos orejas de un Jabatillo de bandera

El de Alcurrucén fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre tras permitir una gran obra del francés
Íñigo Crespo
miércoles 27 de mayo de 2015

Morante y Juli, sin opciones en una tarde de máxima expectación que contó de nuevo con la presencia del Rey Don Juan Carlos.

FOTOS DE JAVIER ARROYO DEL FESTEJO

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

LA OPINIÓN DE PACO MORA: “Gran toro y gran torero”


Fotos: JAVIER ARROYO

Sebastián Castella abrió por cuarta vez en su carrera la puerta grande de la plaza de toros de Las Ventas. Lo hizo tras cortar las dos orejas al tercero, “Jabatillo”, un Alcurrucén de bandera premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. El toro fue sencillamente extraordinario por clase, profundidad, ritmo, codicia… humilló desde el primer lance con el capote y después sacó la mejor bravura de Núñez, yendo a más y embistiendo con un ritmo especial. Castella toreó de forma sensacional con el capote, tanto en los lances iniciales como en el posterior quite, en ambos casos con lances a la verónica y buenas medias a pies juntos. La faena de muleta la ejecutó entera en el centro del ruedo. La inició de forma apoteósica con dos pases cambiados ligados a pases de trinchera, del desdén, naturales… Prológo efervescente. Luego, toreó sobre ambos pitones despacio, con sosiego, sintiéndose mucho, con ligazón, emotividad y hondura. El final fue muy torero, con muletazos flexionando la pierna. Mató de estocada defectuosa, que sin embargo no fue óbice para la concesión del segundo trofeo.

No pudo redondear frente al sexto, un animal deslucido, que llevó la cara alta, sin humillar y embistió defendiéndose. Puso todo de su parte Castella en una labor iniciada por alto sentado en el estribo, pero que resultó intrascendente porque faltó toro. Mató de estocada caída y un golpe de descabello, siendo silenciado.

El primero fue un toro burraco muy bien hecho y cuajado, noble, con bondad, pero sin humillar y falto de celo. Morante lo saludó con suavidad a la verónica y tras brindar al Rey Don Juan Carlos realizó una faena paciente y pulcra, con muletazos sueltos buenos. El conjunto no pasó del tono medio. Mató de estocada y fue silenciado.

Morante fue pitado tras lidiar al cuarto, un toro deslucido y blando que no dio ninguna opción de lucimiento. La faena del sevillano fue breve, matando con prontitud.

Protestado de salida por el respetable, el segundo fue un toro deslucido, sin clase y de corto viaje. La faena de El Juli, paciente y en los medios, no alcanzó ninguna brillantez. El madrileño trató de tapar los defectos de su oponente en una labor vivida entre constantes protestas.

Parecía que tenía buena condición el quinto, pero resultó justo de fuerza y de raza y terminó parándose. El Juli empezó por estatuarios, obligando mucho al astado en la primera tanda y quedándose ahí la faena. Antes, con el capote, toreó muy bien a la verónica en lances hacia los medios, quitando después por gaoneras y replicando Castella por saltilleras. Manejó la espada con diligencia, matando de estocada entera.

Madrid, miércoles 27 de mayo de 2015. Toros de Alcurrucén. Bien presentados aunque desiguales de hechuras, deslucidos en general, faltos de raza y clase salvo el extraordinario 3º -“Jabatillo”, número 145, nacido en septiembre de 2010, de 525 kilos y colorado ojo de perdiz- que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Morante de la Puebla, silencio y pitos; El Juli, silencio en su lote; Sebastián Castella, dos orejas tras aviso y silencio. Entrada: Lleno de “No hay billetes”. S.M. el Rey Don Juan Carlos presenció la corrida desde una localidad de la meseta de toriles. El Juli le brindó su capote de paseo y, como Morante, la muerte de su primer toro.

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando