Taurino antes que propiamente ganadero, José Luis Marca, fallecido hace cinco años, supo a mediados de los 70 comprar con acierto y fortuna a la familia de Juan Pedro Domecq y Díez en los primeros repartos o desgajes de lo que al cabo de cinco años empezó a llamarse Jandilla. Jandilla y no Juan Pedro. Las sangres de una y otra parte son en origen una sola y la misma, pero la historia demuestra que son los ganaderos quienes hacen y deshacen las ganaderías. Sin contar con una previa y clamorosa perogrullada: son los sementales los primeros y últimos responsables de la bravura. No los únicos.
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