Julián López “El Juli” es un hombre feliz. Al indulto de Sevilla acaba de añadirle un triunfo incontestable en Madrid en la temporada en la que celebra su vigésimo aniversario de alternativa. “Estoy contento por las oportunidades que estoy teniendo este año de poder torear como me gusta, de poder torear como yo quiero, y ahora, la más reciente, en la plaza más importante del mundo, Las Ventas, donde uno más quiere reflejar su tauromaquia”, afirma el madrileño esta semana en el programa “Aquí, el toreo” de la 99.9 Valencia Radio.
“Madrid es la plaza más difícil del mundo, la que más me exige, pero para mí también es una gran motivación. Para cualquier figura superar ese tipo de vicisitudes siempre es un acicate y yo, por encima de todas las dificultades que siempre ha tenido Madrid, siempre he tenido claro el sentimiento de que es una plaza en la que me gusta estar. De hecho, aun pudiendo rehusarla en algunos momentos nunca la he rehusado; al fin y al cabo, si soy torero es para vivir experiencias como las del otro día, que, en realidad, son las que me hacen feliz”, admite.
Afanes, de Alcurrucén, como novillero en 1998; Hechicero, de Fuente Ymbro, ya como matador en 2003; Novelero, de Ana María Bohórquez, en 2006; Cantapájaros, de Victoriano del Río, en 2007… y ahora, el pasado 24 de mayo, Licenciado, de Alcurrucén. Son algunas de sus obras cumbres en Las Ventas. ¿Ha sido la última la mejor de todas ellas?, cuestionamos al torero, que duda en su respuesta: “Bueno… cada momento tiene su cosa especial y siempre te acuerdas de la última. En esta quizá sea en la que mayor comunión haya habido con el público y es en la que la gente se ha entregado de una forma más apasionada. Ha sido, quizá, una obra más redonda”.
Ahora su toreo fluye como nunca en Madrid. Pero no siempre fue así. “Es la plaza más exigente conmigo, muchas veces esa exigencia y esa actitud no me dejaban desarrollarme como torero, que era lo que realmente me frustraba: la sensación de que en Madrid no podía hacer lo que yo quería. Ahora, en cambio, ya llevo algún tiempo que acudo con una actitud más suelta, más fresca. Al final con el tiempo las cosas llegan y ha podido llegar esta obra que, en realidad, llevaba tiempo buscándola”.
Además, Julián se muestra especialmente satisfecho por el modo en que ha llegado el triunfo: “Me alegra que haya sido por la vía del toreo que yo he defendido y más me gusta: el de sometimiento, profundidad, hondura… es la forma de sentir que a mí me llena y, lógicamente, al hacerlo en plazas como Madrid tiene una repercusión muchísimo mayor”.
Julián tampoco oculta a estas alturas su alegría por haber podido estar finalmente anunciado en Madrid. Durante las negociaciones, días hubo en los que su nombre estaba fuera de la programación de San Isidro: “El trato estaba siendo muy poco acorde a mi trayectoria, pero recuerdo que hablé con Luisma -su apoderado- y le dije que buscara la forma de arreglarlo, pero que yo quería ir, que yo no quería pasar por estos veinte años de alternativa sin torear en la plaza más importante del mundo y la que significa más para mí; y a raíz de aquella conversación el cambio de actitud de la empresa fue total, se hizo este mano a mano con toda la ilusión y todo cambió. Ahora la relación con Simón ya es de absoluta normalidad y con el resto de empresarios no ha habido ningún problema en todo el año”.
Despejadas las dudas del posible frentismo empresarial, El Juli aspira a seguir celebrando a lo grande sus dos décadas como matador de toros: “Me gustaría hacer algo especial, todavía queda temporada y seguramente algo saldrá. ¿Seis toros? Es un trance que me gusta, porque se puede desarrollar tu tauromaquia de una forma más extensa y no creo que pase el año sin que pueda tener esa encerrona. Ya veremos dónde”.
ESCUCHE LA ENTREVISTA ÍNTEGRA A EL JULI (Del minuto 41:00 al 54:00)
