La crónica de Benlloch en Las Provincias
Requena - Corrida de toros - Sábado 1 de septiembre de 2018Requena - Corrida de toros - Sábado 1 de septiembre de 2018

Hubo toreros y toreras en Requena

José Luis Benlloch
domingo 02 de septiembre de 2018

Requena cumplió con la tradición. Que nadie la toque. Por las fiestas de la Vendimia, toros. Para eso tienen plaza de recia y cuidada arquitectura. Ayer hubo toreros, en lenguaje actual toreros y toreras pero no tanto toros. La francesa Lea Vicens y dos valencianos, Jesús Duque y Román, con serias aspiraciones a la gloria torera y seis toros, bonitos, nobles y chicos de Ignacio Garzón. La tarde arrancó con alboroto, el primer toro apenas piso la arena en un mal giro se abrió de pechos que en la realidad significa que quedó echo unos zorros e imposibilitado para la lidia al punto que el presidente decidió devolverle a los corrales. Su sustituto y los que vinieron a continuación no se abrieron de pecho pero tampoco resultaron nada aptos para el toreo, o poca fuerza o poca casta o poca, poca… así que ni Lea ni Jesús ni Román pudieron ir más allá de las buenas intenciones y algunos pasajes sueltos que tuvieron su aquel. Lea tuvo sus mejores momentos clavando banderillas sobre Bético y en templadas galopadas de costado con el toro prendido del estribo. Jesús hizo faena extensa aunque la intensidad no llegó hasta el tramo final cuando encontró el punto al natural y sacó los efectos especiales. Y Román apenas pudo hilvanar los muletazos ante el tullido tercero. Los tres anduvieron parejos, en este caso mal, a la hora de matar así que los premios no pasaron de corteses ovaciones de un público que llenaba medio aforo.

La segunda parte subió el nivel. Los toros de Garzón a la nobleza le añadieron más fuerzas y más tamaño y todo subió de grado como el buen vino. Lea clavó al estribo, quebró con galanura y mató con demora, así que el premio se redujo a una oreja. Duque toreó con derechura y sentimiento al que fue el mejor toro de la tarde, mató con espectacularidad y cortó dos orejas. Román, que ya toreó bien y variado de capa, arrancó su faena de rodillas, en los medios y con muchos decibelios, para dar paso a un trasteo vibrante y creativo. Se le notan las ferias, pisó la plaza con suficiencia. Se demoró con la espada y le concedieron una oreja aunque hubo argumento y petición de mayor cosecha.

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