ADIÓS A MORATALLA BARBA

Un grande con lápices y pinceles

"Para plasmarlo como lo hacía Moratalla había que sentirlo. No basta con ser pintor, ni dibujante ni diseñador, además hay que ser torero", escribía Benlloch sobre su faceta artística
Redacción APLAUSOS
miércoles 21 de noviembre de 2018

Además de su faceta como fotógrafo, Moratalla Barba fue un grande con los lápices y pinceles, un genio del apunte taurino al natural. Su sección en la página 3 de APLAUSOS era un clásico y una manera de animar la lectura del ejemplar de cada semana.

En la edición del número especial Aplausos 2.000, José Luis Benlloch describió su obra artística así: “Moratalla Barba fue un grande del apunte taurino al natural, era capaz de captar la anécdota y lo sustancial. Lo hacía sobre cualquier superficie, un mantel, un pañuelo, un bloc de notas, en el restaurante, la cafetería, en el estudio, la redacción… Era capaz de sintetizar la personalidad de un torero en apenas unos trazos”.

“La tauromaquia de Moratalla, la que surge de sus pinceles y de sus lápices, es la de siempre, la fetén, la bien hecha. Creativa, arriesgada, bella, personal, inalcanzable a veces, demasiadas veces. Para plasmarlo como lo hacía Moratalla había que sentirlo. No basta con ser pintor, ni dibujante ni diseñador, además hay que ser torero. Y no hay muchos así”.

“Captó el sentimiento del toreo desde sus raíces como pocos. La capea, el torerillo, la pasión de las fiestas patronales, la fonda, el miedo, la talanquera, el éxito y los sueños. También pintó al toro, el rey de la Fiesta, bien en la serenidad del campo, en la plaza, al toro embistiendo hasta su sombra, al toro orgulloso, al toro guapo, al toro sorprendido en el contraluz de la plaza, al toro grande y al toro chico pero siempre respetado”.

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