HABLANDO EN PLATA

Rafa Rosa: “No creo que el mejor capotazo sea el que no se da”

"Entiendo la lidia como un proceso para limar defectos a la embestida y potenciar las virtudes. He aprendido a tener paciencia, a esperarlos, a hacer las cosas a favor del animal", señala el torero de plata
Gonzalo I. Bienvenida
miércoles 01 de mayo de 2019

Su trazo poderoso, la sutileza de sus lidias, la paciencia ante los toros. Rafa Rosa es un lidiador seguro que extrae lo mejor de cada toro. Va limando las aristas de la embestida en cada capotazo. Nacido en Córdoba, sus inicios toreros están ligados a Salamanca, donde conoció en los nervios de una tapia a la madre de sus tres hijos. Este año actuará a las órdenes de Cayetano y de Finito de Córdoba, con quien le une una gran relación personal.

-Sin antecedentes taurinos, ¿cómo decidió ser torero?

-Con diez años conocí el toreo en una capea a la que me invitaron. Aquello cambió mi vida por completo, no paraba de ver toros en televisión después de aquello. Con trece años me enteré de que en Córdoba había una escuela taurina y me apunté. Así empezó todo, los inicios son preciosos, llenos de ilusión.

-¿Qué recuerda de esos primeros años de novillero?

-Me fui a Salamanca, a la tapia, donde coincidí con toreros importantes con los que hice mucha amistad como Iván Fandiño o Jarocho. Tengo recuerdos muy bonitos de aquella época. También conocí a mi mujer, que en aquel momento era novillera -Sonia Lerma-. Yo estaba de tapia y ella era la invitada del tentadero en casa de José Manuel Sánchez Cobaleda. Tenemos tres hijos que tienen mucha afición pero no me gustaría que fueran toreros porque se pasa muy mal.

-¿Cuándo decidió hacerse banderillero?

-No toreé mucho de novillero, vi que no avanzaba lo que yo esperaba hasta que con 22 años decidí hacerme banderillero. Estuve cinco años toreando con toreros de Córdoba, había muchos en aquel momento. Tenía facilidad con el capote y muchísima afición, eso me ayudó a evolucionar muy rápido, por eso contaban conmigo.

“Entiendo la lidia como un proceso para limar defectos a la embestida y potenciar las virtudes”

-¿Con qué toreros ha ido colocado?

-Me coloqué con Finito de Córdoba, que fue el primero que apostó por mí cuando todavía no había dado el salto a las ferias. Antes había estado con Julio Benítez “El Cordobés”. También estuve tres temporadas con Rivera Ordóñez. Un año con Manuel Díaz “El Cordobés”. Cinco temporadas con José María Manzanares y en la presente temporada con Cayetano, aunque siempre que puedo toreo con Finito, con quien me une una gran amistad y quien me dio la oportunidad de entrar en las ferias.

-Dicen que el mejor capotazo es el que no se da…

-No soy partidario de eso. Si hay que pegarle dos o tres capotazos de más, si son buenos, les vienen bien a los toros. Entiendo la lidia como un proceso para limar defectos a la embestida y potenciar las virtudes. He aprendido a tener paciencia, a esperarlos, a hacer las cosas a favor del animal.

CUESTIONARIO

-¿Su referente con el capote?

-Juan Montiel, me enseñó las claves de la colocación, pero mi gran referente ha sido Curro Molina por el gran trazo de capotazo. También ha sido una suerte estar con mi compañero Joselito Rus.

-¿Su espejo con las banderillas?

-Trujillo, por su pureza; Montoliu, por su belleza.

-Un toro clave en su carrera como subalterno.

-Un toro de Las Ramblas en Valencia con el capote, que me dio mucha credibilidad, y un toro de Garcigrande que no me lo puso nada fácil en Sevilla un Domingo de Resurrección con Manzanares. Me dio mucha moral.

-Un consejo para la nueva hornada de toreros de plata.

-Con un mínimo de condiciones y a base de afición, disciplina y respeto a la profesión se puede conseguir todo.

-La cuadrilla ideal que llevaría si mañana tuviera que torear una corrida de toros.

-Como picadores llevaría a Pedro Geniz “El Caracol” y a Pedro Morales “Chocolate”. De banderilleros a Curro Molina, a Joselito Rus, a José María Soler y a José Chacón.

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