FERIA DE SAN ISIDRO

Gonzalo Caballero, corneado de gravedad en Madrid

El madrileño, que sufrió una herida de 25 cm en su muslo izquierdo, pechó con el toro de más opciones de una dura corrida de El Pilar
Gonzalo I. Bienvenida
martes 21 de mayo de 2019

Fotos: JAVIER ARROYO

Las protestas por la presidencia de Gonzalo de Villa se extendieron hasta el primer tercio del primer toro de la tarde. El 7 pedía con pancartas y de forma sonora la dimisión del presidente que concedió las dos polémicas orejas a Miguel Ángel Perera. La policía se hizo presente en el tendido y estalló la bronca hacia la autoridad.

El primer toro de El Pilar se lidió en ese ambiente hostil. No le hicieron ni caso hasta la buena lidia de Manuel Rodríguez “Mambrú'”. El toro salía con la cara alta pero humillaba en el embroque. Juan del Álamo, que lo había parado fácil en el capote, lo sacó a los medios ya con la muleta. Sin ritmo, el de El Pilar obedeció al buen oficio de Del Álamo hasta que en un natural se lo echó a los lomos de forma violenta. Se sobrepuso con mérito y volvió a la cara para ligar otras tandas de derechazos de mucha emoción. Más complicado era por el izquierdo, con derrotes y recorrido demasiado recto. Remató por manoletinas el mirobrigense. Tras la estocada, hizo hilo el toro hacia las tablas y a punto estuvo de alcanzarle. Se le pidió tímidamente la oreja y el torero, que dio la vuelta al ruedo, pasó después por su propio pie a la enfermería.

Otro sobresalto llegó en el segundo toro cuando el de El Pilar se cruzó arrollando a José Garrido cuando lo estaba poniendo en suerte en el tercio de varas. Tras el desconcierto, el toro mostró su falta de humillación en banderillas. La faena de Garrido fue un pulso. El toro de El Pilar no fue fácil, hubo una tanda por cada pitón entonada antes de que el toro se tornara brusco y deslucido. Pinchó antes de enterrar el acero. Escuchó un aviso. Silencio.

Muy abanto fue el tercero, que abría la cara más que sus hermanos. Tras una lidia muy suelta y desordenada se centró en las telas de Gonzalo Caballero. Tras la primera tanda el toro enseñó sus virtudes de forma sorprendente. Humillación, buen son, acometividad. Gonzalo Caballero le dio una encajada tanda a derechas. Después hubo algún natural templado. Un pase de pecho circular resucitó las embestidas que habían sido ahogadas por las cortas distancias en una tanda anterior. Las atropelladas bernadinas del final tuvieron emoción. Comprometida fue su labor. Fue cogido al entrar muy derecho a matar. Caballero se sujetaba el muslo izquierdo mientras le llevaban a la enfermería. Estoqueó con solvencia Juan del Álamo. Hubo palmas para Caballero que nadie recogió.

El cuarto de la tarde fue frío de salida. Pegó oleadas sin centrarse. Amplia hechura y alzada. Jarocho trató de fijarlo en la lidia. Mambrú apostó en banderillas. Juan del Álamo no se aburrió, buscándole las vueltas en todo momento. Un toro que careció de transmisión y tuvo el defecto de mirar mucho al matador. Logró la ligazón antes de la estocada tendida. Silencio.

El imponente quinto portaba mucha leña por delante aunque era bajo y hechurado, en el tipo de El Pilar. José Garrido manejó el capote con su sabor y soltura habituales. La media tuvo quilates. Bien picado por Óscar Bernal. En banderillas saludó Antonio Chacón tras dos emotivos pares. Resultó muy exigente en la muleta: codicioso, sin desplazarse, con humillación pero sin recorrido. Repuso con dureza. Garrido lo intentó por los dos pitones aguantando geniudas oleadas. Hubo emoción y mérito en la faena de Garrido. No siempre se valoró su actitud lo suficiente. Se atascó con los aceros.

Cerró la dura corrida de El Pilar un tren con muchísima cara. Astifino, muy ancho de sienes y con una tremenda seriedad. Un auténtico tío. Juan del Álamo lo toreó muy bien con el capote. Hubo temple en el manejo de las telas, también en el quite. Aprovechó la oportunidad José Garrido para dejar su sello a la verónica también. En la muleta tuvo tres fases, una primera más noble, otra en la que fue recortando recorrido y una última en la que se paró con mala condición. Del Álamo lo intentó y no perdió la fe pero no pudo redondear. La estocada cayó baja.

Madrid, martes 21 de mayo de 2019. Feria de San Isidro. Toros de El Pilar. Bien presentados, de complicado juego a excepción del tercero. Juan del Álamo, vuelta al ruedo tras leve petición y aviso, silencio en el que remató por Caballero, silencio y silencio; José Garrido, silencio tras aviso en ambos; y Gonzalo Caballero, herido por su primero. Entrada: Dos tercios. Antonio Chacón saludó tras parear al quinto.

CABALLERO, CORNADA DE 25 CM. QUE CONTUSIONA EL CIÁTICO. “Herida por asta de toro en cara externa tercio medio del muslo izquierdo, con una trayectoria ascendente de 25 cm. que produce destrozos en músculo tensor de la fascia lata, vasto externo e isquiotibiales y alcanza cara posterior del fémur contusionando el nervio ciático, alcanzando isquion. Es intervenido bajo anestesia general en la enfermería de la plaza. Se traslada al Hospital La Fraternidad. Pronóstico: Grave. Firmado: Máximo García Leirado”.

DEL ÁLAMO, LESIÓN DE ISQUIOTIBIALES. “Lesión de isquiotibiales en muslo izquierdo, pendiente de estudio radiológico. Policontusiones. Pronóstico: Leve, no le impide continuar la lidia. Firmado: Máximo García Leirado”.

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