SALE DE NUEVO A LA CALLE
Cañada ha recibido la visita de sus compañeros Vicente Yángüez "El Chano" -a la derecha-, César Fernández y Miguel Ángel García -a la izquierda-.Cañada ha recibido la visita de sus compañeros Vicente Yángüez "El Chano" -a la derecha-, César Fernández y Miguel Ángel García -a la izquierda-.

Rafael Cañada, primer paseíllo a la vida

Tras 44 días en cama, el subalterno da sus primeros paseos en silla de ruedas por los jardines del centro en el que permanece ingresado
Redacción APLAUSOS
jueves 27 de junio de 2019

Tras cuarenta y cuatro días en cama, el subalterno Rafael Cañada ha salido de nuevo a la calle. Lo ha hecho en silla de ruedas, por los jardines del Centro de Rehabilitación de Levante en el que permanece ingresado desde la lesión medular que le produjo un novillo en la novillada del pasado 11 de mayo en Valencia.

Las dos fotos con las que ilustramos esta noticia “son de mi primera salida a los jardines”, confiesa a este medio el propio Cañada. “Estoy muy contento y todo va muy bien con el apoyo de mi esposa y mis compañeros”, subraya el torero en vísperas de una nueva intervención, que tendrá lugar el próximo martes para derivar el líquido cefalorraquídeo al abdomen para que éste lo reabsorba y no se acumule en la zona operada”, según informa el Dr. Cristóbal Zaragoza.

“Llevo 44 días de cama -continúa- y ahora tres moviéndome con la silla de ruedas, que al menos me permite salir a pasear y tomar aire. Eso me da cierta libertad. Lo previsto es que la semana que viene, tras la intervención, permanezca dos días de reposo, luego volveré al carro -se refiere a la silla de ruedas- y según marche la cicatrización comenzaré a ejercitarme en la piscina, donde quieren ponerme en vertical, en posición de andar, para ver cómo voy desenvolviéndome. Lo bueno es que las piernas las he mantenido fuertes todo este tiempo, ya que no he dejado de moverlas en la cama y de hacer ejercicio. El siguiente paso será aprender a andar de nuevo. Puede que me quede alguna ligera cojera, porque todavía no sabemos con exactitud los daños que tienen los nervios, pero de que me pondré de pie estoy seguro”.

Sin embargo, consciente de la complejidad de su lesión, admite con serenidad y optimismo: “El camino de la vida tiene de vez en cuando alguna piedrecita con la que tropezar, pero lo importante es llegar a tropezar con la siguiente”.

Cañada es consciente de estar en buenas manos: “Gracias a Dios todo esto me ha ocurrido en una ciudad como Valencia. La profesionalidad de los médicos que me atienden está fuera de toda duda. Eso hace que conserve la moral muy alta. Más que alta, por las nubes”, matiza.

La última intervención a Cañada se llevó a cabo hace un par de semanas y tuvo como objetivo la fijación mediante prótesis de las vértebras dañadas en el festejo celebrado en honor a la Virgen de los Desamparados.

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