La Pincelada del Director

Bilbao, objetivo de todos los planes

Bilbao acapara la atención periodística. Cuatro empresarios de los considerados jóvenes, José Carlos Escribano, Alberto García, Maximino Pérez y José María Garzón, han presentado un escrito de impugnación del pliego de condiciones que debía sacar a Vista Alegre de la gestión directa y depositarla en el campo privado. Alegan que el pliego no respeta la libre concurrencia, que es cuestión obligada en el mundo económico europeo
José Luis Benlloch
lunes 15 de julio de 2019

Al margen de Pamplona y sus sanfermines, de sus encierros y sus festejos, la pasada semana también generó interés desde los despachos empresariales en los que se mantiene una especie de guerra latente en los últimos tiempos, un estado que mezcla desconfianza y/o rebeldía contenida que provoca de tanto en tanto acciones conjuntas. En otro tiempo fue en Málaga, en este caso el escenario de la trama es Bilbao. El tema Bilbao y su futuro ha llegado para quedarse. El viernes pasado se presentó un escrito de impugnación del pliego de condiciones para la concesión de aquella plaza que debía sacarla de la gestión directa y depositarla en el campo privado y que tanto se había demorado. El escrito lleva la firma de cuatro empresarios de los considerados jóvenes. José Carlos Escribano, Alberto García, Maximino Pérez y José María Garzón, o lo que es lo mismo, Málaga, Burgos y dieciséis plazas más, Cuenca y finalmente Granada, Algeciras… en total un bocado importante del mercado y muchas ganas de crecer. Alegan que el pliego no respeta la libre concurrencia, que es cuestión obligada en el mundo económico europeo. Para poder licitar, las condiciones establecen que es necesario haber dado toros en plazas de primera categoría en los últimos años y el detalle les deja a ellos y a otros muchos sin opciones y al toreo sin posible renovación empresarial. Es por ello por lo que piden la suspensión del concurso del que, además, se quejan que no es tal y filtran con números y razones que se trata prácticamente de una subasta alcista de las que tampoco interesan al mundo del toro. El antecedente inmediato y caso más parecido es la anulación del concurso de Arles, cuya tajante resolución confían que influya abiertamente en la decisión jurídica que se acabe tomando en Bilbao.

Si los servicios jurídicos del ayuntamiento no tomasen en consideración sus alegaciones y no anulasen el concurso, el grupo de recurrentes acudiría a los tribunales. El desenlace está por ver aunque confían ciegamente en su argumentación. Si finalmente hacen valer su reclamación habrá que elaborar otro pliego, lo que abre dos posibilidades, que se redacte con la agilidad que no han tenido hasta ahora y se publique en tiempo para seguir la hoja de ruta del anterior; que se prolongue la actual situación hasta que haya nuevo pliego; o que se siga adelante con todas las consecuencias con el pliego de la polémica. Lo dicho, el caso Bilbao ha llegado para quedarse un tiempo. Vista Alegre es el objetivo, la clave de todos los planes. Solo cabe desear que sea el menos posible por el bien de la Fiesta, ahora comienza el descuento, tic, tac, tic…

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