El hecho de que Bienestar Animal caiga en el área de las atribuciones del ministerio del que será responsable Pablo Iglesias en el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, puede añadir un punto de inquietud a la ya de por sí tensa coyuntura que vive la fiesta de los toros. No tendría por qué ser así, si el líder de Unidas Podemos no hubiera manifestado su escaso aprecio a lo que ésta es y lo que significa. Pero no es el caso, puesto que su posicionamiento respecto al arte del toreo lo ha dejado claro en varias ocasiones y a no ser que tenga, que las tendrá, otras prioridades a las que atender, y de mucha mayor envergadura e interés para la ciudadanía, existen motivos para sospechar que nos acecha un plan de acoso y derribo a la tauromaquia como espectáculo. Ojalá me equivoque, pero la transparencia de Iglesias en tal sentido no da para muchas dudas.
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