El Palco

Nuevo ataque de Jorge Javier a la tauromaquia

Rafael Comino Delgado
sábado 29 de febrero de 2020

A mediados del actual febrero, una vez más, el presentador Jorge Javier Vázquez aprovechó su TV (en la que trabaja) para arremeter contra la Tauromaquia, bien es verdad que, aunque lo hizo duramente, no insultó a nadie, como hiciera la triunfita Maialen desde TVE, lo cual se le agradece, pues lo habitual es que nos insulten, simplemente porque nos gusta un arte que ellos no entienden.

Entre otras frases dejó las siguientes: “Reconozco que en el pasado ha sido objeto de inspiración de obras de arte, pinturas, novelas y poesías, pero creo que el sacrificio animal, la relación del ser humano con el mundo animal ha cambiado”; “Estoy en contra de las corridas de toros y ojalá llegue el día en que las plazas de toros de este país solo sirvan para dar conciertos”

Pero, en su alegato, el Sr. Vázquez muestra algunos puntos muy débiles, poco profundos, por lo que su acusación no se sostiene, y es de escaso recorrido. Veamos:

a) La relación del hombre con el mundo animal ha cambiado. Cierto, lleva razón, pero ¿ha cambiado para bien o para mal?; ¿ha cambiado acertadamente o es solo un desvarío?; ¿ha cambiado basándose en unos principios ciertos o erróneos?; ¿ha cambiado porque existen razones éticas, morales, para ello, o lo ha hecho porque económicamente se ha convertido, tal cambio, en un negocio multimillonario para algunos? Todas esas son preguntas que el Sr. Vázquez debería haberse hecho antes de pronunciar su discurso atacando desde un micrófono con gran repercusión mediática, y por tanto con graves consecuencias para la acusada, en este caso la Tauromaquia. Claro que, para haberse hecho tales preguntas, para haber meditado antes profundamente lo que iba a decir, para pensar que podría estar haciendo daño indebido a un arte, a una actividad legal, Patrimonio Inmaterial Cultural de España, de la cual y para la cual viven muchos cientos de miles de personas, es necesario tener una formación ética y moral, una hombría de bien, un integridad, un fondo de bondad, voy a decir como persona, no como hombre, que tal vez no estén a su alcance. Y cuando se pierde el principio de la moralidad en un hombre, bueno, en el ser humano, éste se derrumba como tal. Hemos pues de admitir que en este punto no estuvo acertado; habló antes de pensar y eso es muy peligroso.

Los animales irracionales no pueden colocarse a nivel de los humanos, y hacerlo es un craso error. Actualmente hay mucha gente como el Sr. Vázquez que coloca a los irracionales al mismo nivel que el ser humano, lo que demuestra una falta de conocimientos, una sensiblería, que entra de lleno en el trastorno mental. Hace más de un siglo el premio Nobel de Medicina Alexis Carrell dijo: “El hombre moderno es un ser blando, sensiblero, lascivo y violento, sin sentido moral, estético ni religioso”, y desde entonces a la actualidad, en ese sentido, hemos ido mucho a peor.

En resumen, para nosotros la relación del hombre con el mundo animal ha cambiado, cierto, pero ahora es una relación patológica, irreal, de trastornado mental, lo que algunos aprovechan para enriquecerse inmensamente.

b) Reconoce que ha sido inspiración para muchos artistas, que ha generado mucho arte. Yo diría, sin temor a equivocarme, pues los datos reales así lo demuestran, que es el arte que inspira a las demás artes, antes y ahora. Miles de intelectuales de todo el mundo, de antes y de ahora, infinitamente por encima del Sr. Vázquez, en todos los aspectos positivos, así lo reconocen.

El Sr. Vázquez tiene un programa con mucha audiencia, que es respetable, pero eso es una cosa y otra ser un verdadero intelectual, con gran cultura, con formación para poder opinar sobre el tema que nos ocupa con cierta seriedad. No es mi deseo ofender a nadie, pero todo el mundo con cierto nivel, incluso muchos que lo ven, consideran a dicho programa como “televisión basura”, y algunos le llaman “programa de bragas y braguetas”. Por tanto, Sr. Vázquez, su discurso estuvo muy bien para su audiencia, que le aplaudió (y le ha hecho muy rico), y si Ud. se conforma con eso, pues con su pan se lo coma. Su programa es lo que es y Ud. es lo que es. Por tanto, su opinión sobre temas serios, como es la Tauromaquia, tiene solo la relevancia que tiene, aunque puede repercutir mucho en la sociedad española de un determinado nivel cultural e intelectual.

c) Es totalmente admisible que a Ud. no le guste la Tauromaquia, pero no lo es que quiera prohibirla, pues eso ya cae dentro del totalitarismo, que debería saber lo que es. Significa quitar a la persona la libertad de elegir, privarle de su bien más preciado después de la vida, “la libertad”. Todos sabemos que Ud. es favorable al aborto, porque, dicen, a nadie se le obliga a abortar. Pues yo digo: tampoco se le obliga a nadie a ir a una plaza de toros, y Ud. quiere prohibirlos.

Con toda seguridad Ud., Sr. Vázquez, de Tauromaquia no sabe absolutamente nada, y opinar de esa manera tan tajante sobre algo que se desconoce es, como mínimo, demasiado osado, irresponsable. La Tauromaquia no es simplemente matar un toro en la plaza, tiene muchísimos matices, muchísimos aspectos que Ud. desconoce y que debería procurar conocer antes de hablar en público, y menos en TV, de la manera que ha hablado. Un ilustre psicólogo y escritor americano, Wayne Dyer -que seguramente no conoce-, dice: “El nivel más alto de ignorancia es cuando se rechaza algo de lo cual no se sabe nada”, y Antonio Machado, gran poeta español, del que, al menos, habrá oído hablar, decía: “Todo lo que se ignora se desprecia”. Usted ha caído en ello. Probablemente tenga la tentación de decirme: “Solo entiendo que en la corrida se tortura y da muerte a un animal”, pero le aseguro que el asunto es muchísimo más profundo que eso. De lo contrario, ¿cómo puede admitir que haya tantos personajes inteligentes, muy cultos, muchísimo más que Ud., que aprueban la Tauromaquia y la consideran un arte grandioso? ¿Como puede admitir que haya inspirado, y siga inspirando, a tantos grandísimos artistas? Hace pocos años, don Fernando Botero, gran pintor colombiano, del que seguramente habrá oído hablar, dijo en la presentación de un libro de pintura en New York: “El toreo da poesía a la pintura”. ¡Algo bueno tendrá la Tauromaquia!, que Ud. no está capacitado para comprender. ¿No le parece, Sr. Vázquez?

A mí no me gusta el rugby, pero cómo no sé nada de ese deporte -lo que a Ud. le pasa con la tauromaquia- ni lo critico ni quiero prohibirlo; tampoco me gusta lo que Ud. hace en TV, incluso lo considero nocivo para la sociedad, para la buena formación ética y cultural de nuestros hijos, para el avance material y espiritual de ser humano, pero no quiero prohibirlo, porque no tengo mente totalitaria. Menos aún me gusta lo que ocurre el día del orgullo gay, en el que Ud. participa (me parece una orgia de sexo aberrante y droga que rebaja al espíritu humano a niveles inferiores a irracionales), pero tampoco intento prohibirlo. No me gusta casi todo el cine español, que se hace con los impuestos de todos, porque entiendo que es muy malo, pero no intento prohibirlo. El toreo no tiene subvenciones, y aportó, en 2018, solo en concepto de IVA, 118 millones de euros a las arcas del Estado.

d) Quiere que en las plazas de toros solo se den conciertos. Naturalmente no serán conciertos de música clásica, sino otros; en muchos de ellos lo más importante no es la música, sino la cocaína, el alcohol, todo tipo de droga, el sexo y la violencia, como vemos a diario. Realmente son -al menos muchos de ellos- bacanales de droga y sexo, pero no intento prohibirlos, a pesar de que se pagan con mis impuestos y los suyos. Sr. Vázquez, eso no eleva el espíritu de los seres civilizados, eso les hace caer en los instintos más bajos que imaginarse pueda. Incluso más bajos que los irracionales, pues éstos se mueven por instintos que no pueden controlar, pero el ser humano tiene capacidad de razonar, y si cae en ellos es por propia voluntad.

Pienso, finalmente, Sr. Vázquez, como decía Jean de la Bruyère, gran escritor y moralista francés del siglo XVII, que “hay personas que empiezan a hablar un momento antes de haber pensado”. Creo que Ud. es una de esas personas, que ha hablado, no un momento antes de haber pensado, sino muchos días antes de haber pensado, y esto ya lo digo yo: “El hombre sabio siempre piensa lo que dice. El necio, no”.

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