CIEN AÑOS DE LA DESGRACIA

El relato de la tragedia, contado por un espectador al periódico El Liberal

Un testigo presencial de la infausta tarde en que Gallito perdió la vida en Talavera relató los hechos al popular diario madrileño
Redacción APLAUSOS
martes 12 de mayo de 2020

Este sábado, 16 de mayo, se cumplen cien años exactos de la mortal cornada que sufrió José Gómez Ortega “Gallito” en la toledana plaza de Talavera de la Reina. Un testigo presencial de la corrida contó al periódico El Liberal cómo fue la cogida.

“Bailaor”, un toro de la Viuda de Ortega, pasó a la historia por acabar con la vida de quien estaba considerado como el torero más completo de todos los tiempos. Joselito, el Rey de los Toreros, caía mortalmente herido en una tarde en la que compartía cartel con su cuñado, Ignacio Sánchez Mejías, quien años después, en 1934, también moriría en una plaza de toros.

El Liberal sacó una edición especial al día siguiente de la tragedia y en ella venía insertado el relato de un aficionado que presenció in situ la desgracia:

“Hemos hablado con un testigo presencial de esta corrida, que dejará memoria en la historia del arte taurino, tanto por la muerte del gran maestro como por la serie de incidentes que en ella se han desarrollado.

Los toros -nos dice este testigo presencial- que se han lidiado en esa corrida funesta, debían estar ya hartos de correr por las plazas, porque se dio el caso, en algunos de ellos, que al entrar los banderilleros para consumar la suerte, se arrancaban, y un metro antes de llegar se paraban, encampanándose sin acometer.

-Y lo de Joselito, ¿en qué toro fue?

-En el quinto.

-¿Al hacer un quite?

-No: toreando de muleta.

-¿De muleta?

-Sí, señor. Había toreado al toro con algún recelo, porque estaba bronco y aplomado; pero como era un maestro y dominaba como nadie, tomó al toro con la derecha, iniciando el pase natural, que repitió con fuerte valentía. Fue a dar el tercer pase de esta suerte peligrosa, animado por las palmas, y al marcar el segundo tiempo, el toro, en vez de seguir el viaje tras el engaño, se fue derecho al bulto, dándole una cornada tremenda y brutal. Cayó Joselito al suelo, y quedó encogido de piernas. Y se llevó las manos a la cara… Acudieron los peones, se llevaron al toro, que se revolvía y otros le cogieron, llevándole a la enfermería”.

El final es conocido por todos. España entera se estremecía al confirmarse la fatal noticia, que corría como un mal viento por todo el país. La desgracia inspiró aquella saeta con la Virgen de la Macarena, a la que tantas veces se encomendó José, como protagonista: “Ven pasajero, dobla la rodilla, que en la Semana Santa de Sevilla porque ha muerto José, este año estrena, lágrimas de verdad, la Virgen de la Macarena”.

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