Hay que rebajar el precio de las entradas. Para eso hay que rebajar antes los costes. Para ello hay que llegar a un acuerdo con los que ponen las condiciones de gestión y programación, las propiedades de las plazas (casi todas públicas) y los que componen el sector: matadores, subalternos, empresarios, ganaderos. Esta es la clave para, primero, sobrevivir, y luego, poder plantar las bases de una nueva estructura del toreo. Esta es la cuestión del invierno, la más importante, la esencial y la que, lamentablemente, no se están percibiendo los pasos para este acuerdo.
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