Durante sus años mozos sólo le interesó todo lo relacionado con el mundo de los toros. Eran tiempos de pobres muy pobres, que carecían de casi todo, y ricos muy ricos, que nadaban en la más grosera abundancia. Aquel muchacho serio y circunspecto de notable inteligencia natural, vivía pegado al terruño con la única esperanza de conseguir la redención a través del toreo.
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