Sí, hubo tiempos en que “en la Fiesta no se ponía el sol”. Ahora o estamos acosados por el animalismo mal entendido y bien financiado (caso americano y también europeo) o por el judaismo del dinero versus Cataluña. Allí la política de independencia, que también es una forma de tapar los ojos al personal y de paso pasar a segundo o a último plano el saqueo político, el dinero cobrado, gastado y acumulado ilegalmente, nos lleva a lo que ya sabíamos. Balañá es prisionero de su fortuna y sus negocios extra taurinos. Los hijos y nietos de don Pedro, aquel que puso en marcha la enorme fortuna y que con el dinero de los toros acaparó el negocio del cine al cien por cien en Barcelona, están presos por lo que deben a Generalitat y Ayuntamiento. En definitiva: a la deriva nacionalista, tan rentable y al tiempo buenísima tapadera de cuentas pendientes que allí se enterrarán como legados de un sueño llamado independencia.
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