El torero Eduardo Dávila Miura se mostraba contentísimo por haber vivido una tarde así: “Le doy gracias a Dios por haberme permitido estar en la plaza en una tarde histórica. No es fácil que se unan tantas circunstancias. Ha sido la tarde que siempre soñaba Manzanares”. Dávila Miura ha asegurado del encierro de Cuvillo que “era la perfección en cuanto a hechuras y en general ha sido muy buena. “Arrojado” es el toro que Cuvillo busca y se merecía el indulto. Ha ido a más y ha tenido mucha profundidad”. De Manzanares ha resaltado “el temple, la despaciosidad, el medir los tiempos y no atacar al toro. Reunir todo eso es difícil hasta en un tentadero”.
Como anécdota, el torero se iba con un plus de satisfacción porque el pasodoble que ha sonado durante la faena de Manzanares ha sido el que lleva por título su nombre.
