Fin al suspense. Mataba José Tomás un toro y el dúo Boix y Casas, apoderado y empresario, esperaban su llamada. Para el sí o para el no. En este mundo necesitado de tanto y tan pequeño y tan agredido, Valencia me parece una buena plaza para la vuelta de José Tomás. No ha sido en Barcelona, algo que se presumía más que posible por las razones obvias. No lo ha sido y se queda la afición a merced de la Mercé. Valencia sufre en Julio, como tantas plazas sufren taquillas estrechas, como sufre esta Fiesta la indefinición política y jurídica que nos trae por el camino del desamparo. Pero el regreso de José Tomás, noticia sana, noticia de pelo en pecho, es algo que hay que aprovechar.
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