En todas las manifestaciones de la vida, del trabajo, del deporte y de las artes hay un cuadro de honor, el de los que llegaron arriba por méritos propios, el de los elegidos, el de las figuras, el de los referentes y el buen ejemplo; y debajo de ellos, subiendo la rampa de la gloria, del oficio, de la fortuna y de los sueños, hay un puñado de gente, de aspirantes, que hacen falta para que la noria de la vida, y de la Fiesta, siga girando y ofreciéndonos gente nueva o gente válida, gente con presente y con futuro.
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