El nombre de Ana Rita lleva sonando varios años en el escalafón de rejoneadores, pero no por formar parte de los carteles estelares de las principales ferias, sino por una lucha callada iniciada hace nueve temporadas cuando decidió abandonar su Portugal natal y perseguir su sueño: convertirse en figura del toreo a caballo en España, donde es más difícil y la competencia es más intensa.
- “Matar victorinos era la manera que tenía de alzar la voz y demostrar que puedo afrontar retos importantes cuando me dan la oportunidad”
- “Cuando toreo en España no miran si soy portuguesa o española; sólo miran que haga las cosas bien, y eso es lo que intento”
- “La profesión no es más dura por ser mujer. Me esfuerzo como lo hacen otros toreros para que llegue mi día. Tengo fe y sé que Dios me ayudará”
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