Soplan aires nuevos en la ganadería de Juan Pedro Domecq. La camada de este año ha hecho honor a un cambio de mentalidad que comenzó a fraguarse hace unos años...
Soplan aires nuevos en la ganadería de Juan Pedro Domecq. La camada de este año ha hecho honor a un cambio de mentalidad que comenzó a fraguarse hace unos años el recientemente desaparecido ganadero. Al “toro artista” le ha dotado de un punto de raza. Esa vuelta de tuerca más en la bravura es la que Juan Pedro Domecq Morenés comenzó a aplicar en su ganadería de Parladé y que ahora, va a imprimir a los legendarios animales herrados con el histórico hierro de Veragua. Este joven Domecq, la cuarta generación de los juampedros, no quiere el toro previsible, ni el fácil de torear. ¿Un nuevo ciclo? Parece que sí. Ahí está la temporada para dar fe de ello.
“Estamos buscando sementales que transmitan más. Es lo que demanda el público y hay que adaptarse a sus gustos”
“Cada vez más nos fijamos en la belleza y la armonía del animal. No echo a las vacas ningún toro que no sea bonito”
“Mi padre había hecho un toro más fácil de torear y que decía menos. Nuestro toro se había convertido en demasiado previsible y lo que busco es que el torero, con su esfuerzo, tenga que sacar lo mejor del toro”
“Voy a empezar a mandar vacas al matadero”
“Las corridas han de ser variadas. Hay muchas formas de embestir que conducen al éxito y por eso no hay que buscar el unitoro”
Lea la entrevista completa en su revista APLAUSOS

