Hay toreros que siguen creciendo y otros que se van marchitando. Por arriba es brutal el demarrage de José María Manzanares empeñado en coger la cabeza del pelotón principal. Incluso de colocarse el maillot de líder. El de Alicante ni se le adivina el fondo ni se le ve el techo. Lleva todo un año creciendo. En fuerza y temple. Cabeza clara, corazón templado, bragueta para pasar la raya, ambición que es el antídoto al conformismo, pasión por pasión de mejorar cada día, afición; y un futuro en el que no necesita más que la suerte justa y ya veremos a donde llega; porque cada día torea mejor y se atreve a pulir la perfección.
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