Lleva diez años de alternativa y parece un torero nuevo. La tarde de Zaragoza del año pasado ha marcado un antes y un después en la carrera de Javier Castaño, que ha vuelto a dar un serio toque de atención en Nimes, donde le cortó dos orejas a un miura. Este salmantino-leonés ha resurgido del olvido con un nuevo concepto, nuevas ilusiones y con la esperanza de ser uno de los toreros revelación de la próxima temporada.
“Ya nos han llamado de algunas plazas francesas. Allí los triunfos sí valen y tienen repercusión. La tele también ha sido crucial”
“He matado corridas duras pero no me importa. Mi objetivo es entrar en las ferias porque ahora mismo me valen casi todos los toros”
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