Aquí lo que acojona de cara al nuevo año es la crisis. La brutal crisis que se va a notar en los campos ganaderos, en las taquillas de muchas plazas, en los tendidos y en esa embestida que no cesa desde el animalismo mal entendido pero bien organizado. De todo esto saldremos si hay toro de verdad en la plaza; y a partir de ahí renace el espectáculo con fuerza y autenticidad.
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