Ha sido la temporada que iba soñando desde hace años cuando todos creíamos que estaba retirado. Resurgió gracias a una tarde antológica en Madrid, que le lanzó a todas las ferias de postín como Valencia, Sevilla, Madrid, Pamplona, Zaragoza, Barcelona... Los números no han sido muy triunfales, aunque Juan no es muy amigo de las estadísticas sino de las sensaciones. Con 48 años y 28 de alternativa, admite que aún le queda mucho por decir en el toreo.
“Los trofeos son secundarios. Me quedo con esas pequeñas cosas que forman parte de la pureza y la liturgia”
PARA EL RECUERDO: “Estar resolutivo delante de la cara de los toros”
PARA EL OLVIDO: “La tarde de Barcelona. Tenía la sensación de que era el fin del mundo”
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