Desde hace cinco años tiene instalado su cuartel general en la finca sevillana Rancho El Rocío, de los hermanos Peralta. Esa ha sido y sigue siendo su universidad. A ella llegó tras abandonar su Francia natal para dedicarse en cuerpo y alma a un arte que la tiene absorbida. La pupila de Ángel Peralta, Lea Vicens, asegura no estar aquí para pasar el rato y, pese a las carencias lógicas de quien está empezando, tiene el firme propósito de hacer historia en el toreo a caballo.
“Ha sido un doble debut, el mío y el de los caballos. Los empecé a preparar cuando llegué a España y estaba intrigada”
“No quiero que hagan distinciones conmigo en ningún aspecto porque me lo puedo ganar igual que el resto de compañeros”
Para el recuerdo: “Cuando corté un rabo en Cazalla de la Sierra, porque era el primero que cortaba”
Para el olvido: “La tarde de Pedrajas que se puso todo en contra. Me caí dos veces del caballo y luego tampoco descabellé el toro. Pegué un petardo… -ríe-”
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