Tienen los sentimientos y las ilusiones brotando por la piel. Están felices porque su encuentro ha sido un cruce de caminos, de ramas divergentes que se han unido como un ejemplo más de superación personal...
Tienen los sentimientos y las ilusiones brotando por la piel. Están felices porque su encuentro ha sido un cruce de caminos, de ramas divergentes que se han unido como un ejemplo más de superación personal. La ilusión les llena y ambos buscan la senda de lo mejor de ellos mismos. Sus apreciaciones son deseos de sensibilidad, un cargamento de intenciones, un sueño perpetuo de dos toreros que se aferran a la pureza del toreo como vehículo de fe y constancia. Un apoderamiento sincero. Dos artistas se unen, dos toreros distintos, dos formas de ser y un mismo modo de pensar.
Ortega Cano: “Esta etapa no es un apoderamiento sino un encuentro de amigos que nos hemos dado una palabra”
Aparicio: “Ambos somos artistas con nuestro punto de bohemia. La afición y los sueños nos acompañan”
Ortega Cano: “Necesita cariño, respaldo y apoyo anímico. Con eso y su afición, el mejor Aparicio está por llegar”
Ortega Cano: “Estamos haciendo mucho campo, entrenando el físico e incluso se ha puesto en manos de un endocrino”
Julio Aparicio: “Aquí estoy hasta que el cuerpo aguante. El toreo es un arte y nadie sabe lo que puede pasar mañana”
“Mi toreo con el tiempo se ha asentado mucho más, encuentro un poso mayor y ahora expreso cosas que llevaba dentro”
“Siempre sueño cosas bonitas, imagino mis anhelos, mis entrenamientos en el campo, en la soledad…”
Lea la entrevista completa en su revista APLAUSOS