Nadie le puede recriminar su presencia en la Magdalena. Paco Ramos está acartelado en la Feria por méritos propios, tras abrir la puerta grande en Beneficencia con una faena de las que piden a gritos abrirse paso. El torero de la tierra lidiará un toro de Miura y otro de Victorino, dos encastes nuevos para él, pero frente a los que deberá demostrar que tiene cualidades para dar el salto a las ferias. En sus manos está reivindicar un sitio de mejor privilegio en el escalafón.
“Me acoplé muy bien a una vaca en el tentadero de Las Tiesas. Si cuajo así a mi toro de Victorino, puede pasar algo importante”
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