Tregua. Igual están tomando aliento. En cualquier caso, tregua. En ese sentido la semana ha sido buena. Periodísticamente digamos que no tanto, tras la abundancia temática de días anteriores faltó tajo en la actualidad para hincarle el diente del ordenata. Aun así han pasado cosas. El día a día ha traído un goteo de contratos para Juli en plazas de relieve. Dos de ellos en Nimes, territorio Simón. La cuestión tiene una buena lectura: no hay rencillas. Se tamizan así los efectos del G10. La afición sale ganando porque ese Juli motivado como está, es un huracán que no debe desaprovecharse. Así que de momento se aplacaron los ruidos externos y ganó la música del toreo. De momento abundancia de festivales, puesta a punto, precaución ante la crisis, adiós a todas aquellas corridas ficticias que inundaban la temporada no hace tanto sin demasiado sentido. Lo traen los tiempos. A mí me gustaban más aquellos festivales con las figuras retiradas pero eso son añoranzas, era una fuente de inspiración y de enseñanza para los jóvenes, ahora son más de lo mismo sólo que con menos toro. Tampoco es cuestión sustancial, es lo que hay simplemente. Ya vendrán las ferias. En realidad ya están ahí.
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