"No voy a Sevilla a resolver la papeleta sino a dar un golpe sobre la mesa", afirma ante su debut con caballos este viernes en La Maestranza
Interrumpimos su jornada de entrenamiento. El madrileño apura las últimas horas antes de su debut con caballos en la novillada que inaugurará la Feria de Abril. "Estoy haciendo mucho toreo de salón y durante los últimos meses he estado metido en el campo. Aun así, lo que más me preocupa es la mente que lo considero igual de importante o más que otros aspectos como el físico", señala.
Gonzalo Caballero, que el pasado año hizo el paseíllo en una veintena de festejos, asume el reto de Sevilla con la máxima responsabilidad: "Si he decidido dar el paso no es para ver qué pasa, no voy a resolver la papeleta sino para hacer lo que se tiene que hacer en Sevilla. Quiero dar un golpe sobre la mesa, eso es lo único que tengo en mente", y añade: "Evidentemente torear en Sevilla conlleva más responsabilidad pero cuando uno sabe a lo que va siempre se encuentra más tranquilo. Voy a ser fiel a mí mismo y voy a torear igual ya sea en Sevilla o en otro lado. Sé a lo que voy, voy a jugarme la vida, a hacer el toreo que siento y por ello estoy tranquilo", afirma.
El joven madrileño hace especial hincapié en el factor mental. "Hay que estar muy metalizado para saber lo que hay que hacer y sobre todo para asumir las consecuencias del terreno en el que uno se quiere poner y asumir lo que puede pasar para que nada me coja por sorpresa".
Respecto a sus compañeros de cartel y la novillada de Fuente Ymbro, Caballero admite: "Siempre me gusta torear con los mejores, porque el mayor triunfo es ser el mejor entre los mejores, ese es el triunfo eterno. Me preocupo de mí ya que el que tiene que estar preparado soy yo, no me importa lo que salga por chiqueros aunque está claro que siendo la novillada de Fuente Ymbro la garantía es mayor".
A punto de arrancar su primera temporada con los del castoreño, Gonzalo Caballero no se plantea "ningún objetivo a largo plazo. Si te soy sincero, lo primero y lo último es Sevilla, porque cuando me visto de luces no sé si voy a volver al hotel. Procuro despedirme de mi gente porque no sé si los volveré a ver. Sé que es muy fácil decirlo pero también soy consciente que diciendo esto uno se compromete más todavía, pero no me preocupa porque tengo seguridad en mí mismo", concluye.
