LA PINCELADA DEL DIRECTOR

El papel de productor no es una banalidad

José Luis Benlloch
jueves 15 de octubre de 2020
Hay que reconocer que Simón ha estado en la irrupción de los últimos valores: Paco Ureña, Pablo Aguado, Daniel Luque, Juan Ortega, Juan Leal… No ha tenido mal ojo ni se puede decir que se haya malogrado ninguno

La noticia saltó con titulares propios esta pasada semana. Simón Casas apodera a Juan Leal. Se sabía. Así que técnicamente, me dirán, la noticia no era tal. Si no es novedad no es noticia. Cierto, por mucho que el celo profesional intente colar frecuentemente como noticia lo ya sabido. Veías los carteles en los que aparecía Juan y lo comprendías, te dabas por enterado. No porque no debiese estar el bravo torero francés, sino porque esa amalgama de intereses cruzados que aceleran o retrasan las recompensas lo daba a entender. ¿Entonces?… la noticia realmente está en el papel que asume Simón Casas.

Cada día, cada temporada, avanza más en su vocación de productor, término que en ocasiones, frecuentemente –¿otro?, dicen…- entienden como una presunción o banalidad del francés, al que cuesta seguir en ese tema desde planteamientos clásicos y ya no digamos desde los posicionamientos más rancios y/o interesados. Así que la reacción es descalificarle: ¿Otro?… En cambio, si se admite la necesidad de actualizar las estructuras del toreo -tantas veces reivindicada- para adaptarlas a la realidad, esa es una buena evolución que nos acerca a lo que ya hace tiempo se aplica en el mundo de la música -mucho más avanzado en esos menesteres-, en el que las estrellas tienen al productor y al representante, que en el toreo coincidiría con la figura del apoderado. El primero, más próximo a las grandes estructuras/circuitos, potencia su relevancia y su estrategia; el segundo, más próximo al artista, más personal, potencia su faceta artística. Simón no es el único caso, solo que lo asume públicamente. Y en ese papel de productor hay que reconocer que ha estado junto a la irrupción de los últimos valores: Paco Ureña, Pablo Aguado, Daniel Luque, Juan Ortega, Juan Leal… No ha tenido mal ojo ni se puede decir que se haya malogrado ningún valor; seguramente los que salieron del equipo salieron en mejores condiciones de las que entraron, seguramente. Naturalmente gracias a sus cualidades artísticas, las mismas que vio el productor.

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