Acaba de empezar la feria de Madrid y de su resultado va a depender, para mejor o para peor, esta temporada. No he escrito “para bien o para mal”, sino “para mejor o para peor”, porque está claro que el año va a ser una especie de guillotina también para la Fiesta. Por muchas razones que no se pueden ni deben esconder. Aquí se ha errado en muchas cosas. Aquí la “burbuja taurina” también nos ha llevado a la ruina. Todo se había multiplicado sin sentido, ni orden, ni concierto. El precio de los arriendos, el precio de las entradas, el precio de los actuantes, el costo general inflado como un globo con la misma filosofía especulativa del ladrillo. Y así nos va.
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