Miro con cierta ironía y máxima preocupación a Las Ventas. No sé por qué, nos basta con criticar la gestión empresarial sin hacer un trabajo de mirar debajo de las alfombras y mirar al tendido. Debajo de las alfombras hay una esquizofrenia diagnosticada por la cual Florito, un mayoral, un lujo o un exceso que ya forma parte del propio espectáculo, manda mucho en los corrales. Florito, dicen los ganaderos, me “defiende” la corrida o no la “defiende”. Floro es, según estas afirmaciones, el defensor del toro. A servidor todo “defensor de” le pone en alerta porque defender, lo que se dice defender, defienden Sergio Ramos y Piqué. Y depende. Que Floro sea ya parte del paisaje de Las Ventas, es evidencia, pero que sea capaz de decidir sobre un toro o una corrida, es preocupante.
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