Cuál es el tamaño de un estúpido medio está por calcular. Creo que será uno de los problemas físicos sin solución posible, teniendo en cuenta que a los estúpidos de este país le suceden dos cosas: una, que su volumen alcanza proporciones de gigantismo y, dos, que varía en función de horas y días, y al alza. A la que se les ocurre una ocurrencia son estúpidamente gigantes. Y ocurrentes son. El consejero de Economía de la Generalitat de Cataluña es un ocurrente de profesión, por tanto, aplicado a su oficio, la política, mantiene el gigantismo de la estupidez política. Sobre las 20 peticiones de indemnización del sector de toros que deberá pagar el ciudadano catalán por la frivolidad caprichosa del prohibicionismo, dice que es pecata minuta.
