David Esteve triunfó ayer en la peruana localidad de Llama tras cortar dos orejas del único toro que pudo estoquear en medio de un gran diluvio que obligó a suspender el festejo a la muerte del segundo ejemplar lidiado. El valenciano sorteó un peligroso y complicado animal toro de la ganadería de Salamanca al que cuajó una faena basada en el mando y la quietud. La res desarrolló sentido y mucho peligro, queriendo coger en todo momento, y el diestro, que acabó con ella de una gran estocada, fue premiado con las orejas antes de tener que suspenderse el espectáculo debido al impracticable estado en el que quedó el ruedo. Antes, abrió plaza Paco Ramos que paseó un trofeo tras una meritoria labor, firme y decidida siempre.
