Hicieron del mundo justo aquello para lo que no nació. Si existió la manzana de Eva o la quijada de Caín y Abel, aprendieron nada. Para el que no cree, si existieron una vez los dinosaurios, pacen ustedes en la hierba de este mundo sin pensar que desaparecieron en todo su tamaño, poder y esplendor. Y que quizá somos dinosaurios de tamaño reducido. Mirando a su alrededor hay un fracaso severo, profundo, no sé si reversible, del ser humano. Han convertido la democracia en la partitocracia. El dinero, que era un mero intermediario entre lo que se necesita y no se tiene, se convirtió en lo que se necesita aunque se tenga. Aún peor, el dinero se ha convertido en el intermediario de más dinero: es la religión, la fe, nuestro Bin Laden, nuestro Polifemo, nuestro terrorismo, nuestra Guerra Mundial continuada.
Lea el artículo completo en su Revista APLAUSOS
