La última semana titulaba el artículo con una sola palabra: error. Y señalé unos cuantos fundamentales que yo estoy convencido que le van a pasar una factura cara, dolorosa y de alto voltaje. Seguimos dándole la espalda a la realidad. Montando charangas en lugar de auténticas corridas de toros y taponando todos los caminos naturales de la Fiesta: juventud, novilleros, precios, subalternos, ganaderos, empresarios, apoderados, toreros. No se premia lo bueno y seguimos buscando parches falsos y una Fiesta descafeinada en la que ya la afición no cree.
