Aunque se quejen los de arriba ahí hay vida, dinero y cierta normalidad. Pero el año en que la crisis ataca a las clases medias y bajas de este país hasta llevarlos a la miseria, en el toreo, también hay bajos fondos. Muy bajos fondos. Hay más de cien profesionales que ven cómo se les escapa el año. Hay más de cien matadores formando una brutal bolsa de paro. Pero hay también aprovechados, listillos, sinvergüenzas que se aprovechan de esta falta de contratos de matadores de toros. Ahí empieza la desvergüenza y las ofertas de torear por menos de los gastos. Te ofrecen mil o dos mil euros y tú te pagas todo lo demás tras matar dos toros. Si los toreros dignos de ese pelotón, que los hay y bastantes, quisieran hablar y dar fe de lo que les proponen esos seudoempresarios de la miseria se conocerían casos terribles de indignidad. Torear para perder dinero ante el miedo de quedarte en dos o cuatro festejos a lo ancho de la temporada.
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