El novillero navarro Javier Antón fue obsequiado por sorpresa por el maestro José Ortega Cano con el regalo de la lidia de un novillo cuando visitaba junto a un grupo de aficionados corellanos encabezados por Pepe Teruel la finca Yerbabuena. Esa fue la sorpresa de una agradable jornada de campo en la que, tras la faena del espada de Murchante, el cartagenero le abrazó diciéndole: "Aquí el que triunfa vuelve".