Hay un dato demoledor que nos obliga a aparcar otras cuestiones y otros intereses. Por encima de todo hay que frenar esta hemorragia por la que se nos está escapando la Fiesta. El dato oficial y rotundo nos alerta de que en cinco años la fiesta de los toros es ya el cincuenta por ciento menos, la mitad de lo que era. La mitad de festejos, la mitad de toros lidiados, la mitad de puestos para los toreros, para los subalternos, para toda la gente que vive por y para la Fiesta. Es una burrada.
Yo sé, tu sabes, todos sabemos que había una burbuja en todo y también en los toros. Pero esa burbuja de los excesos no era el doble de lo que hemos quedado. Lo normal es que hubiéramos perdido un veinte o máximo un treinta del volumen de este espectáculo pero un cincuenta por ciento es un terremoto en los cimientos del futuro. Y un dato peor en el apartado de novillos y novilleros. La pérdida ha sido más alta.
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