Es un artista con una personalidad cargada de distinción. En la plaza y en la calle, Curro Díaz es Curro Díaz. Un verso suelto. Se reconoce como un privilegiado, un artista que ha aprendido a vivir en libertad, que sueña con lograr la felicidad cuajando un toro con la mano izquierda frente al público o en la soledad del campo. A nadie deja indiferente y eso, en el toreo, es un valor añadido. Transpira genialidad e independencia.
- “El toreo es arte y los números sirven de poco. Estoy tranquilo porque lo he pasado tan mal que poco a poco todo llega”
- “Mi cielo es un cielo muy particular donde está Camarón cantando, donde está Manolo González y donde cabe tomar una copita de vez en cuando”
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