Las noticias malas se amontonan. Parece que no las haya buenas. Quisiera pensar que es vicio de periodista pero no sería verdad, la verdad es que se amontonan las malas noticias y no asoman las otras. No las hay. Ahí está Quito, al que le acaban de dar un golletazo, lo que no consiguió Correa con su vendetta lo ha hecho en un plis plas un cortoplacista desmemoriado, un banquero que olvidó lo que le han dado los toros hasta ahora y no ha querido esperar a mejores tiempos; y ahí está el tema de Concha y Sierra no porque se haya vendido sino porque la venta ha venido a recordar la situación de desesperanza de una ganadería que fue santo y seña del campo bravo.
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