En lo artístico los bombazos fuertes coincidieron en el tiempo. Sábado, 9 de marzo, Castaño y Miura en Castellón incendian la Plana, teniendo en cuenta que no es la primera vez y que sensaciones así son las que se necesitan en el toreo a modo de reconstituyente, yo creo que deberían patentar la fórmula. Oído todo lo que me cuentan los que estuvieron en Castellón y asombrado por su estado de agitación, me dan ganas de gritar que desde hoy ¡Ni un miura sin Castaño! y que me perdone Castaño. En Valencia, el zambombazo, la mascletà la prendió Román. También tiene su fórmula. No es nueva, el que quiera o pueda que la aplique: un tercio de quietud, se suele conseguir amarrando las zapatillas a la arena, otro tercio de juventud, unas gotas de encanto personal -la gente hosca lo tiene más complicado- un chorreón de aroma de ambición, lo espolvorean todo con muchas ganas de aprender, le dan un toque de ingenuidad, guardan las precauciones y remilgos en el cajón, eso es importante, y no tengan dudas que dan ganas de ir a verle.
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