En la corrida del pasado domingo en Bilbao, Matías, el singular presidente, entronizado en su palco, irritó a algunos espectadores neófitos y a la cuadrilla de Bolívar. Y digo neófitos porque los que sabemos cómo es el menda apenas se nos escapó una sonrisa. El hombre se empeñó en que se entrara a banderillear a...