En el apartado ganadero sobresalió Alcurrucén con dos importantes toros -primero y sexto-, y destacó el buen tercero y el enrazado quinto de Garcigrande.
GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ISABELLE DUPÌN
Abrió plaza un toro colorado, engatillado y entipado de Alcurrucén que resultó importante por su profunidad en la embestida, fijeza, ritmo y clase. Faena pulcra de Juan Bautista, que tuvo templanza y ligazón por ambos pitones y que alcanzó los pasajes de más calidad cuando el francés se relajó con un toro que fue a más durante la lidia. Cobró una media estocada en buen sitio al segundo intento.
El tercero, de Puerto de San Lorenzo, fue devuelto y en su lugar salió un sobrero de Garcigrande, de buena condición. En quites entraron en competencia ambos toreros, bonito fue el de Castella por cordobinas y la réplica por delantales de Bautista, de menos brillo. Tuvo nobleza, fijeza y embistió con transmisión hasta que duró y Bautista cuajó una labor de más carácter que en su anterior fundamentada sobre la diestra. Buena faena del galo, que no dudó en echar rodillas a tierra para calentar los tendidos en un trasteo en el que toreó con gusto y variedad, coronando su actuación de media estocada tendida.
Ante el quinto, de Garcigrande, estuvo inteligente. Fue ésta un labor medida ante un animal que si bien tuvo nobleza, le faltaron las fuerzas. Se mostró fácil con los rehiletes el galo que protagonizó un bonito y cariñoso brindis a su hija. Bautista lo administró bien y lo llevó a su altura, sin brusquedades ni enganchones, todo muy templado. Manejó la espada con contundencia pero el toro tardó en doblar y enfrió la posible petición de trofeo.
Geniudo y deslucido fue el que hizo segundo, con el hierro de Puerto de San Lorenzo, embistió muy desigual a la muleta de un solvente y seguro Sebastián Castella. El francés, que anduvo mucho tiempo delante de él hizo un esfuerzo, buscándole las vueltas y tratando de meter en cintura a un toro áspero y sin ritmo.
Otro toro interesante de Garcigrande el cuarto, con movilidad, recorrido y emoción. La faena de Castella tuvo intensidad, desde la apertura por estatuarios con los pies clavados en la arena hasta las series sobre la diestra, con temple y largura. Supo atemperar el de Beziers las acometidas de un toro que llegó muy vivo al último tercio. Sobre la zurda toreó con suavidad, tirando con tacto de la embestida del animal y en la corta distancia surgió el Castella más autoritario. Mató de buena estocada y paseó el doble trofeo.
Alcurrucén marcó un listón muy alto con el primero pero lo superó con el sexto. La guinda la puso Cornetillo, un completo toro que cerró plaza, encastado, con fijeza, humillación, fondo y calidad. El ejemplar de la tarde. Todo lo quiso por abajo el toro. Faena notable de Castella, que le pudo en los doblones iniciales para cuajarlo después. Mando y gusto. Por el pitón derecho toreó con entidad y ajuste, pero lo mejor llegó al natural. Templados los muletazos, de bello trazo, con reunión. Enganchando adelante y llevando la embestida hasta detrás de la cadera. La media estocada y el golpe de descabello redujeron el premio a una oreja.
Arles (Francia), viernes 29 de marzo de 2013. Toros de Alcurrucén (1º, importante, enclasado, ovacionado en el arrastre; y 6º, encastado, bravo, humillador), Puerto de San Lorenzo (2º, deslucido, con genio; 3º, devuelto), y Garcigrande (3º bis, bueno; 4º, con movilidad, enrazado y 5º, manejable y flojo). JUAN BAUTISTA: Ovación con saludos, oreja y ovación con saludos tras aviso; SEBASTIÁN CASTELLA: Silencio tras aviso, dos orejas y oreja tras aviso; Entrada: Más de tres cuartos. Antes de romperse el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del ganadero Lucien Tardieu. Se desmonteró tras banderillear al segundo Javier Ambel, de la cuadrilla de Sebastián Castella.
(Foto: Isabelle Dupin)
